viernes, 28 de noviembre de 2008

Habitación 110: No sé qué hago


...No sé qué hago aquí esperando a que llueva cuando sé que las nubes van a pasar de largo. Abro mis brazos, uno azul y otro verde, en mitad de la calle y miro hacia arriba. Tan sólo hay estrellas que me miran y se ríen. No me importa que lo hagan. Es pasajero. Quizás lo haga con la esperanza de que el agua moje mi cara de repente. Quizás lo esté haciendo para decirme a mí mismo: "Al menos lo has intentado".
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No sé qué hago aquí
apurando la pólvora mojada por el verbo,
las fuerzas adheridas al silencio,
el tiempo que me queda hasta el encuentro
de las gotas que caigan desnudas
y bañen mi rostro sediento.
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...Pienso y no pienso en silencio. Recuerdo las gotas brutales golpeando mi encierro. No quiero hacerlo. No quiero volver a hacerlo. Quizás sea mejor esperar a que el tiempo me baje los brazos y los haga añoranza y noche, encierro, bisagras y puertas cerradas por dentro, resignación, anhelo, derrota y no sueño. Quisiera dormir de repente un no estar despierto, que dure millones de años o sólo un momento. Quisiera morir en la calle y brotar hacia adentro y mientras yo sigo en la calle y mis brazos abiertos, esperando a que la noche me cuente su lascivo sueño. Quisiera ser tanto y tan poco, quisiera ser dueño y no dueño, quisiera ser siervo del negro color de un momento. Quisiera que gotas perdidas me mojen el pelo, yaciente entre sombras de "espera" y de "yo no lo entiendo".
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No sé qué hago aquí esperando a que llueva cuando sé que las nubes perdidas no leen lo que siento.

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